miércoles, 30 de marzo de 2011

Pequeña inmensa aventura nocturna

colapso de estrellas sobre un horizonte febril que descansa en sus ojos de humano. La noche expande la plenitud de los árboles, se asemeja a la longitud que sacude el alma, brota por las callejuelas, y colapsa en estrellas.
Todo se vuelve tiránico, hasta mi manera de observarlo es tiránica. La hoja deambula en circulos alterados por el aire tiránicamente. Los perros imponen su grito en el cielo del suburbio, y eso es tán tiránico como el silencio de la luna.
Ya vienen, siento que ahi vienen, estan llegando para un abrazo que se hará realidad. En alguna realidad se hará realidad. La adrenalina amerita unos segundos de meditación inconsciente, y... colapso en estrellas. Es como el olor a carnaval, como improvisar una poesía, la sonrisa de mi hermano o una foto inconclusa, como tantas... inconclusa. Como eso y mas aún, ahí vienen, lo sé... lo siento.
Las pequeñas inmensas aventuras no son mas que una farsa hecha a mi medida. No sirve para mas que colapsar en estrellas, y volverme verdad, humanizar mi percepción y adornarla. Tengo la suficiente fortuna de llegar a casa y sentarme al piano para colapsar un poco mas en estrellas. Y esa es mi verdad, esa es mi farsa y fortuna.

4 comentarios:

  1. Hazañas nocturnas! Si serán indispesables!
    Gracias por leerme, sabés que yo siempre te leeré mi bienaventurado señor x!

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  2. Tincho4/24/2011

    Como te banco negro querido!!
    abrazo rockero

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  3. Anónimo3/26/2012

    que bueno!

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