jueves, 18 de febrero de 2010

Siesta en la londres catamarqueña

Me devora la mirada del cerro, su parsimonia intacta...
Las melodías del rió, con lentitud abrumadora construyen centímetro a centímetro, entre piedra y piedra, sonetos maravillosos al borde del "yuyal"...
Un cactus firme y en guardia espera la llegada del enemigo en su trinchera de rocas, acostumbrado, al verde desfile incansable de hojas que disfrutan de su plenitud arrolladora...
Las cigarras han dejado ya sobre las ramas de los arboles sus viejos trajes de seda amarillenta...
Las mariposas del aire dan fe de su metáfora...
El cielo, entre blanco y celeste, es un simple espectador...
El sol quema hasta el infierno y las telarañas de hormigas viven su dimensión en miniatura... ¿Cual sera la razón que me haga parte? en estos casos me pregunto por que he de ser armonía en lo desconocido...
Y vuelvo a preguntar...
¿Lo desconocido?...

Mientras tanto, todo se torna tan extrañamente hermoso, tan extraño que estas allí rendida en tu siesta, desconociendo el encuentro...

Pero te tengo una noticia brisa que te vuelves poesía...

... mañana serás perfecta.