miércoles, 12 de mayo de 2010

Retratos de una habitación (canción montuoria)

Sin quererlo te espere tirado, tirado, y la sombra adormeció, descalza. Risa como de mujer, macabra, macabra, retumbó en la pared, y se marchó. Fui detrás de un talismán grisáceo, grisáceo, y choque contra el azar. Luego al fin la luz sangró despacio, despacio, y rojiza se volvió la tarde.
Un saxofonista en coma y dos demonios de corbata azul, juegan sus naipes en la mesa que se funde en una estrella fugaz. Mientras tanto ella es la heroína que nos salva del colapso aquí, y las guirnaldas del cielo son la delicia de dios.
¡Basta ya de ruiseñor!, me abruma, me abruma. Siempre canta esa canción. ¡Me abruma! Vil sorpresa en el sillón, un ojo, un ojo, tan inmenso que observó la ruina.
Un pedazo de hojalata hambrienta desayuna los restos del sol, veintidos piezas de una quimera se instalaron en mi habitación. ¡Ya estoy harto de esta fiebre! que sucumbe como toda distracción, el telefono que suena y yo miro sin mirar.
Y ya se van, ya se van.