viernes, 27 de enero de 2012

Enloquecer de locos

Será porque el naranja te queda como piel
como tatuaje onírico embalsamado al vestido
como fuego
que arde tiempos inmemorables y desconocidos
y atizan el camafeo incandescente
y vuelvo a conocerte
redactando las otras cartas
los otros días
esos que son todos el mismo
ese jueves con aroma a martes o viernes disfrazado de lunes
y sera por como reís que me paralizo como un idiota
y lleno mis ojos de naranja tibio
y me contagio un poquito de toda esa enormidad
de toda esa locura increíble que son los naranjas
y vuelvo a conocerte
pero somos distintos a aquellos fuegos
aquellos días
aquellas cartas que no necesitábamos escribir
y quien sabe desde que tiempos inmemorables nos desconocemos
y a quien le importa
decime a quien
si de la nada haces barullo
si de la luna haces espejo
y después
no me vengas a decir que sabes
de lo
que
estoy hablando pero
crees
que estoy exagerando...
acaso exagero el cielo
que ayer a la tarde me mostró
su mejor fénix de nube
ave de las llamas
protector de los (re)encuentros
acaso exagero el verano
en venir así de prepotente
sin importarle nada
pisoteando un otoño incierto
invierno de fríos
chispeante primavera
violento de eneros, eneros de dos, eneros de locos
acaso exageraste vos en vestirte de lunas
en bañarte en poesía
y vuelvo a conocerte
y nunca te conozco
y enloquezco de locos
pero a quien le importa
decime a quien
si solo pretendemos el cosmos
si solo enloquecemos de locos
y eso que aún no es enero
y eso que todavía no es ni la sombra de un recuerdo
es la anécdota pura
la metáfora perfecta
la metáfora que no tiene metáfora
inefable naranja
asi
que no me vengas con que no me entendes
con que no soy claro
porque soy tan claro
como el pelaje del agua
como el huevo y la gallina
como que dos mas dos son setenta y cuatro
sera porque las sierras cantan a los siete vientos
con sus bocas de pájaros fénix y aves sopranos
que hay veces en las que petrifico mi aliento
y me acuesto un poco sobre tu mejilla izquierda
me acomodo suavemente por sobre tus cejas
y clavo mis dos ojos
como tres aguijones
de veinticuatro abejas-serpientes
que reptan sobre ciento cinco piedras
en cuatro mil novecientos sesenta y un cascadas dentro de una infinidad
de estrellas
pero a quien le importa si me cuelgo un poco
si enloquezco de locos
sera que sos estatua inmemorable de tiempos repentinos
que ahí tirada y colgada
en la hamaca colgada
entre los árboles desconocidos escuchas atenta y perdida
mientras trato de leernos
tres casillas de rayuela en un francés espantoso e irreproducible
pero decime a quien le importa
si solo quiero escribir los mejores naranjas que pueda
si solo quiero leernos las séptima casilla lo mas larga posible
con o mas eterno de la palabra
si solo quiero eso
un enloquecer de locos
.