jueves, 7 de enero de 2010

Fotografías de una tarde.

Esta es la bellisima consecuencia de un cadáver exquisito que tuve la suerte de realizar junto con Florencia Salto y Maxi Follonier. En donde las palabras comienzan a surgir y a entreverarse tan caprichosamente que terminamos escribiendo casi las mismas, y quien sabe por que exactamente.



El cielo se estrelló en la tarde,
Como el hombre sucumbe ante el mar,
Partí en viaje hacia el vacío.
El fin de todo se veía mas lejos al avanzar
Caídas libres desde lo bajo, sembré el pan,
Con migajas de mi vida.

El humo quemó mis pupilas,
En un choque sin sentido,
¿Cuántos mares quedaron atrás?
La tarde se fumó en un suspiro.

El agua moja por ser agua,
En rayos de luz equidistantes.

En una mirada pude ver el final del Otoño,
Dos universos, entran al vacío del alma.
Hundí los dedos en el pan.

Sonrisa mojada, inercia traicionera,
Que nace nuevamente.

La mente se limita al saber,
Mostré los dientes, encontré sonrisas,
Y la tarde, al fin,
Se perdió en la ciudad.

1 comentario:

  1. Giudecca1/07/2010

    Me encanta...
    Como extraño esos cadaveres exquisitos, y los mates, y las palabras que no hacen falta...
    Te extraño negrito... :)

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